El Bendito Señor Krishna dice:
- Ahora, ¡oh Pârtha!, escucha cómo con la mente convertida hacia Mí, realizando el Yoga y refugiado en Mí, llegarás sin la menor duda y por completo a conocerme.
- Del todo voy a revelarte este conocimiento (Jñana) y a declararte esta sabiduría (Vijñana). Cuando esto sepas, ya no necesitarás aprender nada en este mundo.
- Entre miles de hombres, apenas uno lucha por la perfección. Y de los que en la lucha vencen, apenas habrá uno que Me conozca en esencia.
- Tierra, Agua, Fuego, Aire, Éter, Mente, Discernimiento y Egoencia[note]Estos son los ocho factores que devinieron diferenciados desde la Naturaleza (Prakriti) inferior del Ser, o sea: Bhûmi (Tierra), Apaha (Agua), Anala (Fuego), Vayuh (Aire), Kham (Akasha), Manas (Mente), Buddhi (Discernimiento) y Ahamkara (Ego). Ellos son el Prakriti inferior del Ser. Estos ocho factores, están por las veinticinco categorías de la Escuela Sankhya. Es Prakriti inferior o Mâyâ, en sus ocho aspectos.[/note]. He aquí la óctuple división de Mi Naturaleza.
- Esta es la inferior. Conoce ahora, ¡oh Armipotente!, Mi otra Naturaleza, la Superior, el vital elemento que mantiene al Universo.
- Reconócela por matriz de todo ser. Yo soy la fuente productora del Universo entero, y a la par, el germen de su disolución.
- Nada hay que sea superior a Mí, ¡oh Dhananjaya! Todo entretejido está en Mí como sarta de perlas en hilo de collar.
- ¡Oh hijo de Kunti! Yo soy sabor en las aguas, refulgencia en sol y luna, palabra de poder (Pranava) en los Vedas, sonido (Shâbda) en el Éter y virilidad en los hombres.
- Yo soy pura fragancia en las tierras y fulgor en el fuego. Yo soy vida en todos los seres y austeridad en los ascetas.
- Reconóceme, ¡oh Pârtha!, por eterna semilla de los seres todos. Yo soy el Discernimiento de los sabios y el esplendor de los héroes.
- Yo soy el vigor del fuerte exento de pasiones y deseos. En las criaturas, ¡oh Señor de los Bhâratas!, soy el lícito deseo que a la Ley (Dharma) no contraría.
- Reconoce como dimanantes de Mí las naturalezas en que las cualidades (Gunas) predominan. Yo no estoy en ellas, pero ellas están en Mí.
- El mundo entero, ilusionado por estas naturalezas constituidas por las tres cualidades, no sabe que a ellas Me sobrepongo inmutable e imperecedero.
- Porque difícil es penetrar esta divina ilusión (Mâyâ) de Mí, producida por las cualidades. Aquellos que hasta Mí llegan se sobreponen a esta ilusión.
- El malhechor, el iluso, el perverso, no llega a Mí. Ni tampoco aquellos cuya espiritual sabiduría quedó desvanecida por la ilusión y que se revistieron de naturaleza demoníaca[note]Es decir, de la naturaleza de los Asuras, en contraposición a los Suras, Seres Luminosos o Devas. Los Asuras son aquellas criaturas que se han olvidado de Dios y de todo cuanto es Divino, y consideran que todo es tan sólo materia.[/note].
- De cuatro estirpes son, ¡oh Arjuna!, los justos que Me adoran. Los que sufren, los que indagan la Verdad, los que ansían su propio interés y los sabios, ¡oh Señor de los Bhâratas!
- El mejor de todos ellos es el sabio devoto que constantemente armonizado adora al Uno. Yo soy supremamente amado por el sabio devoto y el sabio devoto es amado por Mí.
- Nobles son todos ellos, pero Yo considero al sabio devoto como a Mí mismo, porque unido a su Esencia Divina se sitúa en Mí, que soy el Sendero Supremo.
- Al término de muchos nacimientos llega a Mí el hombre de plena sabiduría. Difícil de hallar es el Mahâtma que dice: “Vâsudeva es el Todo[note]Es decir: “Todo es Dios”.[/note]”.
- Aquellos cuya sabiduría fue desgarrada por la concupiscencia, se postran ante otros Devas y recurren a externas observancias de conformidad con sus peculiares naturalezas.
- Cualquiera que sea la forma de adoración, Yo en verdad inspiro la fe (Shraddha) de quien devotamente adora.
- Y movido por la fe, el adorante alcanza de su Deva los beneficios que de él impetra. Pero verdaderamente, Yo soy el dispensador de todo beneficio.
- Parco (Antavandû) es, en verdad, el fruto cosechado por los de encogida inteligencia (Alpamêdhasam). A los Devas van quienes adoran a los Devas, pero Mis adorantes, vienen a Mí.
- Los que carecen de Discernimiento Espiritual creen que Yo, el Inmanifestado (Avyaktam), tengo manifestación en forma visible, pero lo creen porque no conocen Mi Naturaleza Suprema (Parambhâvam), Imperecedera y Excelérrima.
- Envuelto en Mi Poder Ilusionante (Yoga-Mâyâ), no a todos Me descubro. Así, el obcecado mundo ignora que soy nonato e imperecedero.
- Yo conozco, ¡oh Arjuna!, todos los seres que han sido, son y serán; pero de todos, ninguno Me conoce.
- Por la ilusión de los pares de opuestos (Dvandvas), ¡oh Bhârata!, que brota de la atracción y repulsión (Iccha-Dvêsha), toda criatura peregrina por el universo enteramente alucinada.
- Pero aquellos hombres de acción pura, en quienes se extinguió el pecado, libres de la ilusión de los pares de opuestos, Me adoran constantemente en su devoción.
- Quienes acogidos a Mí, pugnan por librarse de la vejez y de la muerte, conocen al Eterno y la plenitud de sabiduría y de acción.
- Los de mente armonizada Me reconocen por Señor de los elementos, de los Devas, de los seres y del Sacrificio; y aún en la hora del trance[note]El momento en que el alma se separa del cuerpo físico.[/note], verdaderamente Me conocen.
Así, en el Glorioso Upanishad del Bhagavad Gîtâ, la Ciencia del Eterno, el Libro de la Unión Divina, el coloquio entre Sri Krishna y Arjuna, es el Séptimo Capítulo titulado: YOGA DE DISCERNIMIENTO