Arjuna pregunta:
- ¿Quiénes son más doctos en el Yoga? ¿Aquellos devotos que siempre armonizados Te adoran, o aquellos otros que adoran al Indestructible e Inmanifestado?
El Bendito Señor Krishna responde:
- Quienes con la mente fija en Mí, siempre armonizados, Me adoran con inquebrantable fe, son a Mis ojos, los mejores en el Yoga.
- Aquellos que adoran al Indestructible, Inefable, Inmanifestado, Omnipresente, Inconcebible, Indiferenciado, Inmutable y Eterno;
- Que restringen y subyugan los sentidos y por igual todas las cosas miran, regocijándose en el bienestar de todos los seres, también éstos llegan a Mí.
- Ardua es la tarea de aquellos cuya mente está situada en el Inmanifestado, porque difícil es para los en carne presos entrar en el sendero que conduce al Inmanifestado.
- Pero a quienes en Mí renuncian toda acción y poniendo en Mí su deseo meditan en Mí y de todo corazón Me adoran,
- Prontamente los salvo del océano de muerte y existencia, porque su mente, ¡oh Pârtha!, está fija en Mí.
- Posa tu mente en Mí, deja que tu discernimiento penetre en Mí, y al salir de esta vida, morarás ciertamente en Mí.
- Y si no eres capaz de fijar con firmeza tu mente en Mí, procura entonces alcanzarme por el perseverante esfuerzo de la devoción, ¡oh Dhananjaya!
- Pero si tampoco eres capaz de perseverante devoción, dedícate a servirme, y cumpliendo acciones en obsequio Mío, alcanzarás la perfección.
- Y si ni aún para esto tus fuerzas bastaren, refúgiate entonces en Mí por unión y dominándote a ti mismo renuncia al fruto de las acciones.
- Mejor es, en verdad, la sabiduría que la práctica constante. Mejor que la sabiduría es la meditación, y mejor que la meditación, la renuncia al fruto de las obras. Tras la renunciación viene la Paz.
- Quien no malquiere a ser alguno, el amable y compasivo, libre de apegos y egoísmo, ecuánime en la dicha y en la pena, indulgente,
- Siempre gozoso, en armonía con su regulado Atman, de voluntad resuelta, con mente y discernimiento posados en Mí, ¡oh devoto Mío!, él es a quien Yo amo.
- Quien no conturba al mundo ni el mundo le conturba, que está libre de las inquietudes del gozo, del temor y de la cólera, él es a quien Yo amo.
- El que nada desea, el que sin pasión, sereno, experimentado y puro renuncia a toda empresa, él, ¡oh devoto Mío!, es a quien Yo amo.
- El que ni ama ni aborrece, ni se aflige ni desea y con plena devoción renuncia al bien y al mal, él es a quien Yo amo.
- Quien inalterable se mantiene ante el amigo y ante el enemigo, en la fama y en la ignominia, en el calor y en el frío, en la dicha y en la pena, libre de afecciones;
- Que por igual recibe la alabanza y el vituperio, silencioso, del todo satisfecho con lo que le sucede, sin hogar propio, de mente firme y plena devoción, él es a quien Yo amo.
- Mas, en verdad, aquellos devotos llenos de Fe, para quienes Yo soy el Supremo Objeto y participan de esta vivificadora Sabiduría que aquí te revelé, ellos son a quienes predilectamente amo.
Así, en el Glorioso Upanishad del Bhagavad
Gîtâ, la Ciencia del Eterno, el Libro de la Unión Divina, el coloquio entre Sri Krishna y Arjuna, es el Décimosegundo Capítulo titulado: YOGA DE LA DEVOCION