AUTOBIOGRAFÍA INCONCLUSA. (A.A.B.)
Capitulo Cuarto.
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La vida en Hollywood se me hizo más fácil. Mis niñas estaban en edad para asistir a la escuela y al jardín de infantes. Hice muchos amigos, y en Crotona los jardines de la Sede Teosófica, eran hermosos. La comunidad consistía de más o menos quinientas personas, algunas de las cuales vivían allí y otras en Hollywood o Los Angeles. Había salones para conferencias, aulas, un santuario, donde se reunían los miembros de la sección esotérica, y una cafetería. El lugar era muy bien administrado y al llegar me pareció un paraíso terrenal, considerando a todos profundamente espirituales. Creí que los dirigentes e instructores eran por lo menos iniciados de alto grado. Asistí a reuniones y clases y aprendí mucho, por lo que estoy muy agradecida. Después de poco tiempo, se me pidió encargarme de la cafetería y, bendita ignorancia, acepté muy regocijada la responsabilidad. Por supuesto era un establecimiento estrictamente vegetariano, y me había hecho vegetariana desde que conocí las enseñanzas teosóficas. Mis hijas nunca habían probado carne, pollo ni pescado, y yo sufría del común complejo de superioridad que tan a menudo caracteriza en forma destacada al vegetariano.
Estoy convencida de que en la vida de todo discípulo llega siempre una etapa en que se debe ser vegetariano. Del mismo modo llega una vida en que el hombre o mujer deben ser célibes. Esto sirve para poder demostrar el control adquirido sobre la naturaleza física. Cuando uno ha aprendido a ejercer ese control y ya no es atraído por los apetitos de la carne, puede casarse o no, comer carne o no y hacer lo que mejor le plazca o le indique su karma o las circunstancias. Una vez logrado, la situación cambia. Las disciplinas físicas constituyen un aspecto del entrenamiento, y cuando se aprende la lección, ya no son necesarias.
El argumento que presenta el vegetarianismo, basado en la crueldad de sacrificar animales para comerlos, quizás no sea tan sólido como lo creen las personas de tipo emocional y sentimental. Mucho me ha preocupado esto pues amo a los animales. Quisiera hacer dos sugerencias que me fueron muy útiles. Hay una ley de sacrificio que rige todo el proceso evolutivo. El reino vegetal extrae su sustento del reino mineral, porque sus raíces están hundidas en el reino mineral. El reino animal extrae en gran escala su sustento del reino vegetal y vive de la vida de ese reino. Algunos animales superiores son carnívoros y, de acuerdo a la ley de evolución, son presa uno de los otros, no siendo inducidos a ello por el pensamiento del hombre, como pretenden algunos fanáticos. En consecuencia, podría decirse que el reino humano extrae su sustento del reino animal y, debido a que el hombre es el macrocosmos para los otros tres reinos inferiores, podría suponerse, lógicamente, que extrae su vida de los otros tres, y así lo hace. En las antiguas escrituras de Oriente se indica que el reino humano es “el alimento de los dioses”, y con esa afirmación se completa la gran “cadena del sacrificio”. Mi segundo punto se refiere a la Ley de Causa y Efecto o de Karma, como la denominan los teósofos. En la época del hombre primitivo el género humano era víctima del reino animal y carecía de toda defensa. En el pasado los animales salvajes acechaban a los seres humanos. La Ley de Retribución rige en todos los reinos. Posiblemente esta ley sea uno de los factores que ha llevado a la humanidad hacia el. Forjé esto en mi propia conciencia, a su debido tiempo, pero no con rapidez.
Me hice cargo de la cafetería y aprendí a ser una buena cocinera vegetariana. Mi primer quehacer en Crotona fue vaciar los recipientes de desperdicios. Como verán, comencé desde abajo. Observaba con mucho interés a la gente, la mayoría desconocida para mí. Francamente muchos de ellos me agradaban y muy pocos me disgustaban. Llegué a dos conclusiones: que a pesar de todo lo que se dice sobre dietas equilibradas, ellas no eran particularmente saludables, y descubrí también que cuanto más rígido y sectario era su vegetarismo, tanto más criticón parecía ser el individuo. Había en Crotona vegetarianos que no querían comer queso, leche ni huevos, porque son productos animales, creyéndose excesivamente buenos y en camino hacia la iluminación espiritual, pero la reputación de nadie se libraba de ellos. He estado pensando sobre esto y llegué a la conclusión de que más vale comer un pedazo de carne y tener una lengua compasiva, que ser estrictamente vegetariano y mirar el mundo desde un pedestal de superioridad. Por otra parte debo señalar que las generalizaciones son inexactas. He conocido muchos vegetarianos encantadores, amables y buenos.
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Mis conclusiones:
- Como a menudo y de forma redundante he comentado anteriormente, en algún momento de la vida del ser humano (que desea iniciarse en el camino espiritual) debe de demostrar que posee un perfecto control de su cuerpo físico, dominando y subyugando sus apetitos, instintos animales y bajas pasiones. Una vez demostrado que tiene verdadero control sobre su cuerpo, no es necesario seguir dietas ni disciplinas estrictas, ya que el poder atractivo de la materia no tiene influencia sobre él. Puede libremente elegir el tipo de dieta que mejor le sirva para poder cumplir su acometido en esa encarnación en particular. Probablemente y a partir de ese momento, sus circunstancias kármicas ya no lo sitúen en un escenario en el que deba optar por un tipo de alimentación u otra.
A modo de ejemplo (recordad que son conclusiones personales, no extraídas de ningún libro y, por tanto, sujetas a error): Si un ser humano ha trascendido la necesidad de alimentarse a base de alimentos de origen animal, (quizás) su karma lo hará encarnar en familias vegetarianas, por lo que no se encontrará en la disyuntiva de tener que elegir la manera en como alimentarse, dado que al haber sido educado en un ambiente vegetariano (probablemente) ya no deseará otro tipo de alimentación que no sea la vegetariana. Pero si por motivos de servicio se lo envía a encarnar en un lugar en el que no existe la posibilidad de alimentarse de otra forma que no sea en base a alimentos de origen animal (por ejemplo un pequeño pueblo de pescadores de una zona humilde del planeta), sería absurdo que esa persona enfermase o tuviese un cuerpo débil (y poco servicio podría realizar con mala salud) por el mero hecho de negarse a alimentarse de otra forma que no sea la vegetariana.
- Una de las constantes en la Evolución (al menos en este planeta) es la del sacrificio. Un reino superior precisa del inferior para poder realizar su labor y subsistir. El mineral sirve de sustento al vegetal. Buena parte del reino animal obtiene su alimento del vegetal, el cual, ya contiene los nutrientes de su inferior a él, el mineral. La mayor parte de la humanidad se alimenta del conjunto de los tres reinos inferiores al suyo… ¿y el quinto reino, el espiritual? ¿Acaso los Grandes Seres precisan de nosotros para poder «subsistir»? Desde un punto de vista «físico» evidentemente que no, ya que ellos de entrada no poseen cuerpos materiales que deban de ser nutridos, pero sí que precisan del ser humano para poder avanzar hacia tareas mas elevadas a las que ya de por sí realizan. ¿De qué forma? Ellos no pueden dejar sus responsabilidades hasta que alguien los substituya, y esos substitutos, por lógica, deberían de proceder del reino inferior al suyo, el cuarto reino, el humano. Cuando el ser humano ha recibido determinadas iniciaciones, el hecho de recibirlas indica que ha transmutado su individualidad y egoísmo por grupalidad y altruismo, y por tanto se encuentra en disposición de poder ocupar (cuando la Ley de Ciclos lo permita) sus responsabilidades. Ese es el «sacrificio» que realiza el ser humano dentro de la cadena evolutiva. Sacrifica su egoísmo e intereses personales por el bien común de la humanidad.
- Tiempo atrás, en los orígenes de la humanidad, cuando el ser humano no tenía posibilidad de defenderse de los ataques de los depredadores (todavía no tenía desarrollada la mente o inteligencia) sufrió mucho por parte de los mismos. Se podría interpretar por ello que el reino animal sirva de alimento en la actualidad a la humanidad como parte del karma contraído en aquel entonces (aunque reconozco por mi parte que no acabo de entender el porqué la mayor parte de animales que sirven de sustento al ser humano, sean dóciles y herbívoros y no los depredadores que deberían de ser los que asumiesen su responsabilidad kármica contraída).
- El llevar al extremo determinadas filosofías y disciplinas puede llegar a convertir al ser humano en todo lo contrario a lo que pretende. Existen vegetarianos estrictos que por el hecho de serlo adquieren un sentimiento de superioridad con respecto a los que no lo son. Lógicamente, es preferible una persona de nobles ideales y buenas acciones aunque se alimente de carne, a una de estrictos hábitos vegetarianos pero que sus pensamientos y acciones no vayan dirigidos en la dirección correcta.
Capítulo Quinto.
Principios de la Escuela Arcana.
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La Escuela Arcana también tiene como norma no inmiscuirse en la vida privada del estudiante. No se impone disciplina física ni régimen vegetariano; tampoco se prohíbe fumar ni beber alcohol, como lo hacen a menudo otras escuelas esotéricas; eso lo considera de su propia incumbencia, pues cree que dada la correcta enseñanza, hará por sí solo los reajustes necesarios. Sabe que el alma impone su propia disciplina a su instrumento, la personalidad. La tarea de la Escuela Arcana consiste en enseñarle a conocer su propia alma y a obedecer sus requisitos. Por lo tanto, no impone al estudiante normas de vida ni se inmiscuye en sus asuntos privados. A medida que transcurre el tiempo, el alma impondrá al estudiante sus propias normas, si es sincero y está realmente interesado.
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Mis conclusiones:
- La Escuela Arcana no impone criterios ni disciplinas a sus estudiantes. Considera que cada estudiante obtendrá de su propia alma las disciplinas que considere oportunas.
En resumen:
- En algún momento en la vida del discipulado deberá de demostrar que posee total control sobre su cuerpo físico.
- El sacrificio es una constante en la Evolución. El reino inferior se sacrifica por el superior a él.
- Dado que el ser humano en la antigüedad sufrió las consecuencias de haber sido alimento de depredadores, podría ser que parte del karma retributivo del reino animal sea el de servir de alimento a la humanidad.
Con este artículo concluye el intento de recopilar toda la información relacionada con el vegetarianismo contenida en los libros del Maestro Tibetano (Djwhal Khul) y Alice A. Bailey.
En el próximo artículo intentaré sintetizar lo (personalmente) mas representativo de sus enseñanzas.
Dani Dofinet
https://maestrodk.blogspot.com.es