En el quinto trabajo se le encomendó a Hércules la tarea de matar al león de Nemea, una animal de fuerza destructiva que estaba devastando la comarca y que mantenía pavorizada a su gente.
Tras buscar por múltiples lugares Hércules encontró al león junto a un espeso matorral que había al borde del camino. El león, al ver acercarse Hércules sin temor alguno y acostumbrado a que todos huyesen con tan sólo oírlo, rugió con todas sus fuerzas. Lejos de huir, Hércules le disparó todas sus flechas. Ninguna llegó tan siquiera a herir al animal y por ello se abalanzó hacia él. El asombrado león nunca había afrontado tal proeza y por ello huyó entre la espesura del bosque.
Hércules localizó de nuevo al león dentro de una cueva y entró de inmediato para enfrentarlo, pero descubrió que la cueva tenía dos aberturas y que cuando entraba por una, el león salía por la otra.
Por ello, bloqueó una de las dos aberturas y, de esta manera, le cerró la salida. Hércules dejó atrás todas sus armas y ahogó al león con sus manos. Después despojó al león de su piel y se la ofreció a los pies de su Maestro, el cual le permitió a Hércules usarla para cubrirse en lugar de la otra, ya gastada y usada.
Los doce trabajos de Hércules constituyen un viaje iniciático que todo hombre ha de recorrer en su progresión del cuarto al quinto reino:
- En Aries, el alma se reviste de una envoltura mental;
- en Tauro contacta conscientemente con su mundo del deseo y de las emociones;
- en Géminis el hombre se provee de un cuerpo vital de energía;
- en Cáncer, signo del nacimiento físico y de la identificación con la masa, se completa el trabajo de encarnación y se manifiesta la anterior cuádruple naturaleza.
De forma análoga, el aspirante o discípulo -como Hércules- en Aries logra cierto control sobre el pensamiento. Posteriormente, en Tauro inicia la transmutación de su cuerpo de deseo en aspiración. Ya en Géminis aprende la distinción entre conocimiento y sabiduría. Y por último, en Cáncer comprende la necesidad de transmutar el instinto y el intelecto en intuición.
En Leo, el hombre se reconoce ya como individuo y también como alma. Es el inicio de la andadura del hombre auto-consciente que se prepara para la iniciación que alcanzará en la cima en Capricornio y se manifestará como hombre completo en Acuario.
El león de Nemea simboliza a la personalidad humana con toda la fuerza proveniente de su egocentrismo, de sus deseos y de su instinto auto-protector. Es el león de los hombres que asola la paz en la Tierra desde las primeras civilizaciones y al que sólo los aspirantes o discípulos pueden doblegar. Nos referimos a aquellos nuevos hombres que han surgido ya de la masa (Cáncer) y han desarrollado su individualidad (Aries, Tauro, Géminis) y comienzan a doblegar todo lo que ellos mismos han creado hasta el momento y había sido hasta entonces su refugio protector.
En Leo el aspirante o discípulo, ha progresado considerablemente en la integración de su personalidad, pues su mente coordina en gran parte su conducta y sus emociones y deseos están bastante controlados. Aún así, su centro gravita habitualmente en torno a éste yo inferior y por ello, el León de Judá (el Alma) ha de doblegar al León de Nemea (la personalidad).
En el mito, Hércules dentro de la cueva de dos aberturas refleja ese deslizamiento sobre el eje inferior-superior existente en el aspirante o discípulo.
Hércules resuelve dominar a la bestia (la personalidad) cerrando la abertura a su yo-inferior. Hércules no destruye al León de Nemea, no destruye su personalidad, la subyuga al alma -ofrece la piel del león a los pies del Maestro- y la somete a su dictado superior -la piel del león recubre los hombros de Hércules-
El aspirante o discípulo en Leo, consciente ya de sí, ha de determinar su nuevo ámbito de lucha, lejos de los desengaños y pérdidas del mundo ilusorio, tiene que matar todo lo que él, con su personalidad, ha creado. Tiene que volver impotente, inservible todo lo que le ha sustentado hasta ahora, tiene que dar un salto al vacío hacia la abnegación en beneficio de su Yo Superior.
Éste es el mensaje, éste es el gran desafío del quinto trabajo de Hércules.
Josep Gonzalbo
Referencias:
- Alice Bailey (1974). Los trabajos de Hércules, una interpretación astrológica. Madrid. Editorial Luis Cárcamo.
- Torkom Saraydarian (2005). Sinfonía del Zodíaco. Buenos Aires. Editorial Kier. ISBN: 950-17-0324-X
- José Trigueirinho Netto (2006). Hora de crecer interiormente. El mito de Hércules, hoy. Buenos Aires. Editorial Kier. ISBN: 950-17-0157-3
- Sri K. Parvathi Kumar (1999). Hércules. El Hombre y el Símbolo. Barcelona. Ediciones Dhanishtha. ISBN: 84-88011-40-7
- Francisco-Manuel Nácher. Los doce trabajos de Hércules. Libro digital.
Buenisima información, amén.
Gracias!