Krishnamurti: ¿Puede la humanidad cambiar?

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¿Puede cambiar la humanidad?

¿Es el estado actual del mundo señal obvia de que urge un cambio fundamental de la conciencia humana, y hay posibilidad de que ese cambio se produzca? ¿Puede la humanidad cambiar?

El hecho de que ésta fuera una cuestión esencial tanto en las enseñanzas de Krishnamurti
como en las de Buda hizo que, en 1978 y 1979, el eminente erudito budista Walpola Rahula viajara a Brockwood Park, Inglaterra, para plantear una serie de preguntas
que los libros de Krishnamurti habían suscitado en él.
Walpola Rahula, que más tarde sería rector de la Universidad de Budismo y Estudios Palis de Sri Lanka, era una acreditada autoridad en cuestiones relacionadas con las escuelas de
budismo Theravada y Mahayana; había dado conferencias en universidades de todo el mundo, y era autor del artículo sobre Buda de la Enciclopedia Británica así como de una introducción al budismo ampliamente difundida, y traducida a numerosos idiomas, titulada La enseñanza de Buda.

Le acompañaba Irmgard Schloegl, distinguida maestra del budismo zen y, durante años, bibliotecaria de la Sociedad Budista de Londres.
La mayor parte de estas conversaciones, en las que participan también el físico David Bohm y el científico y escritor Phiroz Mehta, se inician con una pregunta del Dr. Rahula respecto a aquellas cuestiones que él considera de crucial importancia para que pueda producirse cualquier cambio en nuestra forma habitual de percibimos a nosotros mismos y a los demás, de percibir la vida y la muerte.

La naturaleza de la identidad personal, la existencia de una verdad relativa y de una verdad suprema, y la distinción entre percepción directa y comprensión intelectual son todos ellos temas sobre los que, a su entender, Buda y Krishnamurti expresan sustancialmente lo mismo.

Explica igualmente el Dr. Rahula que, desde su punto de vista, muchos aspectos de la enseñanza original de Buda han ido malinterpretándose y tergiversándose a través de los siglos, especialmente en lo concerniente a la naturaleza de la meditación y a la forma de meditación conocida como satipatthana o «estado de conciencia».

En cada conversación, sin embargo, en lugar de discutir si el argumento del Dr. Rahula es correcto o erróneo, Krishnamurti enfoca el debate desde un ángulo distinto.

  • ¿Qué necesidad hay de comparar?, pregunta.
  • ¿Tiene algún valor esa comparación? ¿Por qué introducir a Buda en una discusión entre usted y yo?

Con cortesía y en un tono cordial, Krishnamurti desafía a Walpola Rahula a responder si
participa en el diálogo como budista o como ser humano, si considera que la humanidad está progresando psicológicamente en sentido alguno y qué entiende él por la palabra «amor».
El Dr. Rahula, no obstante, continúa con frecuencia trazando paralelismos entre las palabras de Buda y las de Krishnamurti, de manera que el lector a quien interese esa investigación encontrará material relevante en estos diálogos; pero ésta es sólo una parte de lo que sucede en ellos, pues en otro nivel tiene lugar algo de cualidad muy distinta.

Una y otra vez, tras describir, por ejemplo, el papel que desempeña el pensamiento en la creación del yo, Krishnamurti preguntará al Dr. Rahula y a los demás participantes:

  • ¿Lo ve usted?

y el énfasis con que pronuncia la palabra «ver» tiene un sentido preciso, ya que, como explica reiteradamente, la calidad de ese ver es tan profunda y tan clara que, a raíz de él, la conciencia y simultáneamente la acción experimentan una transformación fundamental.

Es interesante igualmente el modo en que Krishnamurti desarrolla su argumento a través de una serie de preguntas, algunas de las cuales, como indica a sus interlocutores, no requieren respuesta inmediata sino que se ha de dejar que penetren dentro de uno, distinción que a ellos no siempre les resulta fácil hacer.

Esto lleva el debate a un área con la que todos estamos familiarizados, hasta cierto punto al menos, donde se pone de manifiesto que, si bien creemos comprender, en realidad nuestra comprensión es sólo verbal, intelectual. Aunque pocos de nosotros no hayamos pensado al rememorar determinada acción: «Entiendo por qué lo hice, y no debería haberlo
hecho», a continuación volvemos a cometer exactamente el mismo error.

Concluimos que no deberíamos haber tomado cierta crítica como algo personal, que no deberíamos haber perdido la paciencia, que insistir no sirvió de nada y hubiéramos debido callar; pero aun cuando quizá seamos capaces de exponer con gran perspicacia por qué actuamos de aquel modo en cada caso, y por qué hacerlo fue un error, nuestra comprensión de estas acciones carece de esa profundidad que transforma nuestra conducta, está falta de eso que podría llamarse percepción directa radical y, definitivamente, no es la clase de comprensión a la que uno se refiere cuando dice: «Entonces realmente comprendí».

Luego ¿que puede originar una transformación fundamental en el ser humano, una transformación de la que nazca un estado de atención permanente? Ésta es una pregunta que, como un hilo de seda, serpentea a lo largo de estas conversaciones.

Repetidamente, Walpola Rahula pronuncia las palabras correctas, y Krishnamurti no niega la capacidad de su interlocutor budista para percibir la verdad que yace tras ellas, pero le insta a ir más allá, a explicar cómo sobreviene esa percepción y a discutir la naturaleza y la cualidad de la mente que se halla en ese estado de claridad.

Ésta es la verdadera médula del diálogo.

 

Los diálogos de Jiddu Krishnamurti con eruditos budistas tuvieron lugar en Brockwood Park entre los años 1978 y 1979. Se abordaron los siguientes temas:

  1. ¿Nos está usted diciendo lo mismo que dijo el Buda?
    Conversación en Brockwood Park el 22 de junio de 1978.
  2. ¿Existe un estado en que la mente esté libre del yo?
    Primera conversación en Brockwood Park el 23 de junio de 1978.
  3. El libre albedrío, la acción, el amor, la identificación y el yo.
    Segunda conversación en Brockwood Park el 23 de junio de 1978.
  4. ¿Qué es la verdad?
    Primera conversación en Brockwood Park el 23 de junio de 1979.
  5. Vida después de la muerte
    Segunda conversación en Brockwood Park el 23 de junio de 1979.

 

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Para facilitar su estudio y comprensión, os facilitamos la transcripción en castellano de los cinco diálogos:

¿Puede cambiar la humanidad?

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