Arjuna pregunta:
- Quisiera, ¡oh Armipotente!, conocer al por menor en qué consiste la renunciación (Sannyâsa), ¡oh Hrishikesha!, y en qué el desprendimiento (Tyâga), ¡oh Keshinisûdhana!
El Bendito Señor Krishna responde:
- Los doctos entendieron por renunciación el abstenerse de las obras sugeridas por el deseo; y al desdén por el fruto de toda acción llamaron desprendimiento los sabios.
- Opinan algunos pensadores que debe evitarse toda acción porque es un mal; mientras otros dicen que no deben omitirse los actos de sacrificio, austeridad y limosna.
- Escucha pues, ¡oh Príncipe de los Bharatas!, Mi veredicto sobre la abstención. Es de tres linajes, ¡oh animoso guerrero!
- Los actos de sacrificio, austeridad y limosna no deben omitirse, sino realizarse, porque medios son de purificación para el sabio.
- Pero aún en estos casos debe prescindirse del apego al fruto y de toda mira egoísta. Así te lo declaro cierta y resueltamente, ¡oh Pârtha!
- No es conveniente, en verdad, omitir los actos prescriptos por mandamiento. Esta omisión, nacida del error, es de cualidad tenebrosa.
- El que omite las obras por evitar sufrimientos corporales diciendo: “esto es penoso”, practica una renunciación de naturaleza pasional sin allegar de ella el menor fruto.
- Pura es la renunciación del que diciendo: “debo hacer esto”, cumple una acción obligatoria sin miras de interés ni recompensa.
- El renunciante, de pureza henchido, cuya mente está limpia de dudas, no rechaza las acciones ingratas ni a las gratas se aficiona.
- En efecto, no es posible que los seres encarnados renuncien enteramente a la acción. Así, en verdad, debe ser llamado renunciante al que renuncia al fruto de la acción.
- Bueno, malo y mediano puede ser el fruto que de la acción allegue en la otra vida el hombre que a él no renuncia. Pero el que omite la acción no cosecha fruto alguno.
- Voy a declararte, ¡oh Armipotente!, aquellos cinco factores que según la filosofía Sânkhya requiere el cumplimiento de toda acción.
- El medio (Adhishtinâm), el agente (Kârta), los órganos (Karanam), las energías (Pranas) y las divinidades presidentes (Deivam).
- Estos cinco factores son causa de cualquier acción, buena o mala, que de obra, de palabra o de pensamiento ejecute el hombre.
- Por esto, ofuscada está la mente, y ciega la vista de quien falto de Discernimiento considera como agente a su aislado Atman[note]Es decir, confunden a Kârta (ser individual) con Atman.[/note].
- Quien está libre de falacias egoístas, el de Discernimiento sereno, aunque matara a todas estas gentes, no fuera su matador, ni quedaría ligado por semejante acción.
- El conocimiento, lo conocido y el conocedor constituyen el triple impulso a la acción. El instrumento, el agente y el acto son el triple constituyente de la acción[note]En esta sloka se exponen primeramente los tres impulsos necesarios para todo acto, ellos son: Jñanam (el conocimiento de algo); Jñeyam (el objeto que va a ser conocido) Parijñâta (el individuo que conoce). En segundo término los factores necesarios para la acción, ellos son: Karanam (los órganos); Karma (la acción propia de cada órgano) Kârta (la persona que realiza la acción).[/note].
- También de tres linajes son el conocimiento, la acción y el agente en correspondencia con las cualidades. Atiende a lo que sobre esto voy a decirte.
- Puro es el conocimiento mediante el cual se ve en todos los seres al Imperecedero Ser indivisible en lo diviso.
- Pasional es aquel conocimiento que considera separadas a las diversas y múltiples existencias de los seres.
- Pero tenebroso es el conocimiento que se arraiga a una sola cosa como si lo fuesetodo, mirándola fuera de la realidad bajo mezquino e irrazonable aspecto.
- Pura es la acción por deber cumplida, sin apetencia del fruto, sin gusto ni repugnancia, y libre de interesado afecto.
- Pasional es la acción cumplida por sugerimiento del deseo, por móviles egoístas o determinaciones violentas.
- Tenebrosa es la acción cumplida por causa de error, sin reparar en su eficacia, ni en las consecuencias nocivas que pueda acarrear a otros.
- Puro es el agente libre de apegos y egoísmo, dotado de energía y perseverancia e inalterable en el éxito y el fracaso.
- Pasional es el agente que deseoso de obtener fruto de sus acciones, está dominado por la codicia, la maldad y la impureza, determinándose a impulsos de la alegría o del pesar.
- Tenebrosa es la acción del agente inestable, vulgar, malévolo (Naiskritikah), negligente, indisciplinado, desconfiado, falaz y perezoso (Dîrghasûtrî).
- Triplemente acorde a las cualidades es también la división del Discernimiento y de la fortaleza (Dhriti), según voy a declararte distintamente y sin reservas, ¡oh Dhananjaya!
- Puro es, ¡oh Pârtha!, el Discernimiento de quien conoce la acción y la omisión, lo que debe y lo que no debe hacerse, el temor y la intrepidez, la esclavitud y la liberación.
- Pasional es, ¡oh Pârtha!, el Discernimiento que confunde lo justo con lo injusto, lo que debe con lo que no debe hacerse, el bien con el mal.
- Tenebroso es, ¡oh Pârtha!, el Discernimiento que considera como bueno lo malo, como justo lo injusto y todas las cosas ve subvertidas y contrarias a lo que son.
- Pura es, ¡oh Pârtha!, la fortaleza que mediante el Yoga refrena la fogosidad de la mente, de los sentidos y de los alientos vitales.
- Pasional es, ¡oh Arjuna!, la fortaleza por la cual propende el hombre al cumplimiento de sus deberes con deseo de recoger el fruto de las acciones y disfrutar de riquezas y placeres.
- Tenebrosa es, ¡oh Pârtha!, la fortaleza que mantiene al hombre sumido en el sopor, el miedo, la tristeza, el abatimiento y la vanidad.
- Y ahora, ¡oh vigor de los Bhâratas!, escucha de mis labios las tres distinciones del placer que por continuado disfrute alboroza al hombre y acaba con sus penas.
- Puro es el placer que nacido del bien hadado conocimiento de Atman, repugna al principio como astringente ponzoña y al fin deleita cual suavísima ambrosía.
- Pasional es el placer que nacido de la unión entre los sentidos y sus objetos, deleita al principio cual suavísima ambrosía y al fin repugna como astringente ponzoña.
- Tenebroso es el placer que al principio y al fin conturba el ánimo, y del sopor, de la negligencia y de la pereza proviene.
- Nadie en la Tierra, ni aún entre los mismos Devas del Cielo, está exento de estas tres cualidades dimanantes de naturaleza.
- Entre los Brahmines, los Kshatryas, los Vaishas y los Sudras[note]Estas son las cuatro castas o clasificación de los seres humanos, la cual se halla basada en la naturaleza propia de cada persona.[/note] fueron distribuidos los karmas, ¡oh Parantapa!, de conformidad con las cualidades nacidas de su peculiar naturaleza.
- Animo tranquilo, subyugación propia, austeridad, pureza, misericordia, rectitud, sabiduría y fe en Dios: tal es el karma de los Brahmines, nacido de su peculiar naturaleza.
- Proeza, gallardía, vigor, apostura, destreza, generosidad e impavidez en el combate: tal es el karma de los Kshatryas, nacido de su peculiar naturaleza.
- Labranza, pastoreo y tráfico: tal es el Karma de los Vaishas, nacido de su peculiar naturaleza. Los oficios serviles son el karma de los Sudras, también nacido de su peculiar naturaleza.
- Por la conformidad con su propio karma alcanza el hombre la perfección. Escucha ahora cómo alcanza la perfección quien se conforma con su propio karma.
- Logra la perfección el hombre que, de conformidad con su propio karma, adora a Aquel de quien todos los seres emanan y que todo el Universo llena.
- Mejor es cumplir con el deber propio (Svadharma), aunque sin merecimientos, que con ellos el ajeno. Quien cumple el karma establecido por su peculiar naturaleza, no cae en pecado.
- Nadie debe repudiar su congénito karma por vicioso que éste sea, ¡oh hijo de Kunti!; pues en verdad, por deficiencias está velada toda acción.
- La perfección suprema alcanza por medio del renunciamiento quien dominándose a sí mismo extinguió todo apetito y en parte alguna esclaviza su Discernimiento.
- Escucha brevemente de mis labios, ¡oh Kaunteya!, cómo quien ha obtenido la perfección llega al supremo estado de sabiduría en que se alcanza al Eterno.
- Unido al Discernimiento, purificado, sujeto el ego por la subyugación, abstraído de los sones vibratorios y de los objetos de los sentidos, desechadas toda pasión y malicia.
- Solitario, frugal, con palabra, cuerpo y mente dominados, fijo sin cesar en el Yoga de meditación, acogido a la serenidad de ánimo,
- Libre ya de egoísmo, violencia, arrogancia, concupiscencia, cólera y avaricia; lleno de tranquilidad y paz, está predispuesto a unirse al Eterno.
- Unido al Eterno, sereno en Atman, no se aflige, nada apetece, es el mismo para todos los seres y alcanza la suprema devoción a Mí.
- Por devoción me conoce en esencia; conoce Quién soy y lo que soy; y cuando así en esencia Me conoce, entra al instante en Aquello.
- Y aunque asiduamente cumpla toda acción, busca refugio en Mí y por Mi Gracia llega a la inderrocable Morada Eterna.
- Renuncia tú mentalmente en Mí todas las acciones, ¡oh Arjuna!; pon tu mira en Mí, válete del Yoga de Discernimiento y piensa siempre en Mí.
- Pensando en Mí te sobrepondrás por Mi Gracia a todo obstáculo; mas, si por egoísmo no quisieras escucharme, completa y acabada sería tu perdición.
- Si porfiado en tu egoísmo pensares diciendo: “no lucharé”, vana será tu determinación, porque a luchar te impelerá la naturaleza.
- ¡Oh hijo de Kunti!, ligado por tu propio karma, de tu peculiar naturaleza nacido, lo que en tu obcecación no quieras hacer, aquello harás, sin remedio.
- En el corazón de todos los seres mora el Señor, ¡oh Arjuna! Por Su ilusionante Poder de diferenciación, los mueve a evolucionar cual si atados estuvieran a torno de alfarero.
- Vuela hacia Él para refugiarte con todo tu ser, ¡oh Bhârata! Por Su Gracia obtendrás la Suprema Paz, la Sempiterna Morada.
- Así te declaré la oculta sabiduría, más secreta que el arcano mismo. Medítala plenamente y obra luego como quieras[note]Es decir; “obra según tu karma y posibilidades”.[/note].
- Pero escucha aún Mí última y más secreta palabra, que en tu provecho voy a declararte, porque Mi amado eres y no desmaya tu corazón:
- Sumerge tu pensamiento en Mí, sé Mi devoto, sacrifica en Mi honor, póstrate ante Mí y de este modo, llegarás a Mí. Te lo prometo en verdad, porque te amo.
- Desiste de toda religiosa obligación y halla en Mí tu único refugio (Sharanam). No te aflijas. Yo te libraré de toda culpa.
- Nada digas de esto al mundano, ni al hombre falto de devoción, ni al que no quiere oír, ni al que de Mí maldice.
- Pero quien con sublime devoción divulgare este secreto entre Mis devotos, llegará a Mí, sin duda alguna.
- Nadie entre los hombres podrá ofrecerme más grato servicio, ni otro hombre alguno será tan amado por Mí sobre la Tierra.
- Y el que meditare sobre éste, nuestro santo coloquio, por él Me adorará con sacrificio de Sabiduría. Tal es Mi Voluntad.
- Y también el hombre que lleno de fe lo escuchase tan sólo sin malicia, alcanzará, libre de mal, el esplendente mundo de los justos.
- ¿Me has oído atentamente, ¡oh hijo de Prithâ? ¿Se ha desvanecido ésa, tu ilusión, hija de la ignorancia, ¡oh Dhananjaya?
Arjuna dice:
- Desvanecida está. Por Tu Gracia adquirí conocimiento, ¡oh Inmutable Señor! Firme estoy, disipáronse Mis dudas y obraré según Tu palabra.
El Sabio Sanjaya dice:
- Yo he oído en pormenor este maravilloso diálogo entre Vâsudeva y el magnánimo Pârtha. Y al escucharlo se me erizaban los cabellos.
- Por el favor de Vyâsa conocí este misterio del Yoga, revelado por el Señor del Yoga, por el mismo Krishna que ante mí lo descubría con Su palabra.
- ¡Oh Rey! Al acordarme y recordar este admirable y bendito coloquio entre Keshava y Arjuna, sin cesar me regocijo.
- Y al acordarme y recordar aquella aún más portentosa transfiguración de Hari, me anonado de asombro, ¡oh Rey!, y una vez y mil me regocijo.
- Doquiera esté Krishna, el Señor del Yoga, doquiera esté Pârtha, el arquero, allí seguramente están la prosperidad, la victoria, la bienandanza y la Justicia Eterna.
Así, en el Glorioso Upanishad del Bhagavad Gîtâ, la Ciencia del Eterno, el Libro de la Unión Divina, el coloquio entre Sri Krishna y Arjuna, es el decimoctavo Capítulo titulado: YOGA DE LA LIBERACION MEDIANTE EL RENUNCIAMIENTO
Así concluye el Bhagavad Gîtâ Paz a todos los seres Om Shante, Shante, Shante