En este y posteriores artículos voy a tratar el tema de la alimentación vegetariana, un tema el cual, a nivel personal, me resulta sensible y despierta un especial interés por ser vegetariano.
Para realizar este estudio he intentado hacer una recopilación exhaustiva de extractos de todos los libros del Maestro y de Alice A. Bailey (23) que tratan sobre el tema, aunque dada la extensión de toda la obra del Tibetano, podría ser que faltase algún fragmento.
Todo y ser un defensor de la alimentación vegetariana y estar a favor de la misma, el único interés por mi parte es el de mostrar lo que el Maestro nos dice al respecto.
Las conclusiones que se encuentran al final de cada artículo son personales, por tanto, como tales no tiene porque estarse de acuerdo con las mismas. Son reflexiones e interpretaciones propias de los extractos del Tibetano.
Espero que tras la lectura de estos artículos (que iré publicando progresivamente al ser demasiado extensa toda la recopilación) podáis extraer vuestras propias conclusiones y os sirva para aclarar vuestras dudas y ayudaros en este difícil camino de la espiritualidad.
INICIACIÓN HUMANA Y SOLAR
Capítulo XIX. Reglas para Aspirantes
«Regla Seis
Los fuegos purificadores arden tenuemente cuando el tercero es sacrificado al cuarto. Por lo tanto, que el discípulo se abstenga de quitar la vida y que nutra lo más inferior con el producto del segundo.
Esta regla puede aplicarse a la conocida norma de que el discípulo debe ser estrictamente vegetariano. La naturaleza inferior se embota y densifica y la llama interna no puede brillar cuando se incluye la carne en la dieta. Esta regla es rígida e inviolable para los solicitantes. Los aspirantes pueden o no consumir carne, según prefieran, pero en cierto etapa del sendero es esencial la abstención de cualquier tipo de carne y es necesario vigilar con estricta atención la dieta. El discípulo debe limitarse a las verduras, cereales, frutas y legumbres, pues sólo así será capaz de construir el tipo de cuerpo físico que pueda resistir la entrada del hombre real que ha permanecido ante el Iniciador en sus vehículos sutiles. Si no hiciera esto y pudiera recibir la Iniciación sin haberse preparado de este modo, el cuerpo físico sería destruido por la energía que fluye a través de centros recientemente estimulados y surgirían graves peligros para el cerebro, la columna vertebral y el corazón.
No pueden dictarse reglas rígidas o ascéticas, excepto la regla inicial de prohibición absoluta -para todos los que solicitan la iniciación- de carnes, pescados, licores y el uso del tabaco. Para quienes pueden soportarla, es mejor eliminar de la dieta los huevos y el queso, aunque esto no es en modo alguno obligatorio; pero para quienes están desarrollando facultades psíquicas de cualquier tipo, es aconsejable abstenerse de consumir huevos y moderarse en el queso. La leche y la manteca entran en diferente categoría, y la mayoría de los Iniciados y solicitantes consideran necesario incluirlas en la dieta. Pocos pueden subsistir y retener todas sus energías físicas con la dieta vegetariana, pero allí está encerrado el ideal, y como bien se sabe, éste rara vez se logra en el actual período de transición.
A este respecto conviene recalcar dos cosas: primero, la necesidad del sentido común en el solicitante, factor del cual se carece frecuentemente, y los estudiantes deberían recordar que los fanáticos desequilibrados no son miembros deseables para la Jerarquía. El equilibrio, el justo sentido de proporción, la debida consideración de las condiciones del medio ambiente y un sensato sentido común, es lo que caracteriza al auténtico esoterista. Cuando existe el verdadero sentido del buen humor, muchos peligros pueden evitarse. Segundo, el reconocimiento del factor tiempo y la capacidad de efectuar lentamente los cambios en la dieta y en los hábitos de toda la vida.
En la naturaleza todo progresa lentamente, y los solicitantes deben aprender la verdad oculta de la frase: «Apresúrate despacio». El proceso de eliminación gradual es generalmente el sendero de la sabiduría, y este período eliminatorio -bajo condiciones ideales, que raras veces existen- debe abarcar la etapa que llamamos del aspirante, para que cuando el hombre se convierta en un solicitante de la iniciación, haya realizado la necesaria preparatoria purificación de la dieta.»
Mis conclusiones:
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En este primer extracto el Maestro explica claramente que según sea el nivel espiritual en que se encuentre la persona, será indispensable (o no) el ser vegetariano, dado que alcanzados determinados estados evolutivos (espiritualmente hablando), es necesario un cuerpo físico lo suficientemente puro para que pueda resistir energías superiores.
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Si la persona no aspira (todavía) a grados superiores de espiritualidad, no es necesaria una dieta estricta en este sentido, aunque es aconsejable ir preparándose poco a poco.
En resumen:
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Sin ser indispensable en un principio, tarde o temprano quien desee profundizar en la senda espiritual deberá de ser vegetariano y mantener un cuerpo físico puro y en perfectas condiciones.
(continúa)
Dani Dofinet
https://maestrodk.blogspot.com.es
Saludos y bendiciones desde Costa Rica. El desarrollo del proceso evolutivo «lo llevo como puedo . Si siento «una gran simpatía» por la alimentación vegetariana, pero a pesar del sentimiento no me apego estrictamente aún. . .
No te preocupes Carlos Antonio. Hay etapas en la vida del ser humano en que es imprescindible ser vegetariano y otras no es obligatorio. Lo importante es ser consciente de esa realidad y actuar según las necesidades del momento. No todos los cuerpos se encuentran preparados para llevar bien una alimentación estrictamente vegetariana. El reducir su consumo ya es un primer paso. Lo demás ya vendrá en su momento (quizás en otra encarnación)